Visualización: la clave para lograr orden, organización y avance en un IESTP.
- Gustavo Pozo
- 8 oct
- 2 Min. de lectura
A veces, una acción pequeña tiene un impacto enorme. Así como David derrotó a un gigante con una simple piedra, una herramienta sencilla —como una pizarra acrílica— puede transformar la forma en que trabajamos en una institución.
Para entenderlo mejor, recordemos tres conceptos que marcan la diferencia:
Orden
Sentido: Tener las ideas, tareas y objetivos colocados en un lugar visible y estructurado.
En un IESTP: Significa que docentes y estudiantes no trabajan en el desorden ni en la improvisación, sino que saben qué viene primero, qué después y qué está pendiente.
Ejemplo: Usar la pizarra para listar actividades semanales, evitando olvidar compromisos o mezclar prioridades.
Organización
Sentido: Distribuir correctamente los recursos, tiempos y responsabilidades.
En un IESTP: No es solo anotar cosas, sino clasificar qué corresponde a docencia, qué a proyectos, qué a gestiones administrativas.
Ejemplo: Diferenciar en la pizarra los objetivos del curso, las tareas de los alumnos y los compromisos del docente.
Avance
Sentido: Progreso real y medible al ir completando y tachando pendientes.
En un IESTP: Refleja que los planes no se quedan en ideas, sino que se cumplen. Cada pendiente tachado en la pizarra es un paso más hacia las metas institucionales o académicas.
Ejemplo: Terminar la semana con varias actividades tachadas, lo que muestra que el equipo se está moviendo hacia sus objetivos.
En resumen:
Orden → saber qué hay.
Organización → saber cómo distribuirlo.
Avance → ver que realmente se cumple.

Soy Gustavo Pozo, docente del programa de estudios de Diseño y Programación Web en el IESTP Jaime Cerrón Palomino, y hoy quiero contarles cómo una pizarra puede ser vista como un Producto Mínimo Viable (MVP). Este fue nuestro primer paso para darnos visibilidad y control sobre las tareas diarias.
Con el tiempo, esta pizarra —nuestro primer MVP— puede ganar superpoderes al transformarse en un software. Lo que hoy empezamos con plumón y borrador, mañana puede escalar a una herramienta digital que nos dé más control, indicadores claros y colaboración en equipo. Pero lo esencial siempre será lo mismo: empezar simple, hacer visible lo que importa y avanzar paso a paso.
Cada pendiente tachado en la pizarra es un recordatorio de que avanzar es posible. Hoy es acrílico y plumón, mañana puede ser software y métricas, pero siempre será la constancia la que marque la diferencia.




Comentarios